«[…]Tengo la satisfacción y la suerte de haber seguido bastante la trayectoria del artista, y por ello puedo afirmar que su discurso siempre fue continuado y lúcido. Nunca pegó Barrio en su trabajo saltos incomprensibles. El eligió la figuración para contarnos lo suyo, y eligió bien, sin menospreciar a los grandes abstractos que son y han sido (y serán). Mientras siga existiendo algo que pintar el pintor estará ahí, y seguirá existiendo la pintura. Y la figura humana, la figura de las cosas, de los animales, de los paisajes y de los rascacielos, siempre estará pidiendo a voces a los pintores que la pinten, que la traduzcan a pintura. No hacen falta tampoco muchas cosas para ello: Morandi se pasó la vida pintando frasquitos.[…]»
«[…] Los seres dinámicos de Suso Barrio que actúan y se mueven en esta exposición son medio-saltinbanquis, medio-trapecistas, medio-funambulistas y medio-artistas de music-hall de Lido, de Folies o del Teatro Chino de Manolita Chen. A ellos les salen diversos y larguísimos brazos para agitar abanicos, pelotas, aros o corazones palpitantes.»
«Determinados dioses desde las alturas informan el trabajo de Suso Barrio (todos tenemos un padre y una madre, y todas las escaleras están compuestas por escalones). Por esos cielos andan soplando el clarín los Kirchner del grupo «Brucke», los Heckel, Nolde, Van Dongen, Pechstein; y también los fauvés, con Matisse en la proa; y también, hablando de cercanías, el pintor Fraile y el gallego gran pintor y dibujante de humor Julio Cebrian…»
Extracto de texto para la exposición escrito por Antonio Madrigal
Cuadros disponibles
Técnica mixta sobre tabla. Dos formatos disponibles: 100×80 cm y 50×50 cm
